Como sabemos, los neumáticos son el único contacto que el vehículo tiene con la carretera, es por ello que es extremadamente importante, mantener siempre su perfecto estado.
Sus funciones son las siguientes:
Soportar el peso del vehículo.
Absorber las irregularidades de la vía: el ancho y marcas del neumático actúan para aumentar o disminuir considerablemente la comodidad y la seguridad, en función del estado en que se encuentren.
Transmitir la tracción y fuerza del frenado sobre la vía.
Existen dos tipos de posibilidades: La reparación o sustitución
La reparación
Se deben utilizar y aplicar los productos adecuados y fabricados en función de los daños detectados en las cubiertas. Para evaluar y diagnosticar con seguridad el tipo de reparación a efectuar, es necesario el desmontaje de los mismos, de ese modo se comprueba que esté dentro de las consignas técnicas de reparación, y según su desgaste evaluar si es rentable reparar o de lo contrario sustituir.
Al reparar los neumáticos nos beneficiamos de lo siguiente:
- Prolongar la vida de los mismos.
- Evitar un desgaste prematuro de las llantas.
- Ahorro económico en contra de la sustitución.
- Un equilibrado idóneo y así garantizar la estabilidad en la rodadura.
La sustitución
Debido al desgaste y deterioro del neumático, puede que deba realizarse la sustitución del neumático.
Los motivos habituales son:
Pinchazos con daños internos: Se detectan daños de este tipo de pinchazos cuando se recurre en más de una ocasión a su taponado y no es efectiva esta medida.
El desgaste: Por norma general la profundidad de las marcas de los neumáticos no deben ser inferiores a 1,6mm, y por ello es recomendable sustituir antes de llegar a su límite.
Envejecimiento: Es un factor difícil de detectar, pero debido a las inclemencias del tiempo como temperatura, presión, carga soportada o debido al estilo de conducción. En estos casos es desde el taller donde recomendaremos su sustitución.
Desgaste irregular: Pueden deberse a un simple problema de alineación o equilibrado o bien a un problema de suspensión o trasmisión.
En la mayoría de los casos lo más recomendable es la sustitución del neumático, no obstante siempre realizaremos un análisis exhaustivo del neumático y proceder a la sustitución o en caso posible a la reparación.